09 Aug
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Si apuntamos todas las veces que añadimos un “¿sabes?”, un “¿me explico?” o “¿me entiendes?” de manera innecesaria al final de una frase, solo para continuar hablando, introduciendo un “eh” entre frase y frase, probablemente nos sorprenderíamos del uso abusivo que hacemos de las muletillas.

Según Harvard, de media usamos 5 muletillas por minuto. Esto, además de hacer que pierdas el interés de tu público, también te resta credibilidad dando una imagen menos segura de ti mismo y, por lo tanto, poniendo en duda el contenido de lo que estás diciendo.

No obstante, los nervios no tienen porque ser la razón por la que usamos muletillas. En muchas ocasiones empleamos estas palabras vacías de contenido porque se nos ha olvidado lo que íbamos a decir a continuación, o un término concreto que queremos usar. Mientras intentamos recordarlo llenamos el silencio con un “ehhm…” o similares.

Una vez entendida la causa de las muletillas, es más fácil arreglarlo. Desde Harvard Business Review proponen un ejercicio sorprendentemente sencillo pero eficaz para eliminar las muletillas: consiste en cambiarlas por el silencio.

Lo primero que debes hacer es grabarte hablando, preferiblemente dando un discurso pero también puedes hacerlo durante una conversación con amigos. Después escucha la grabación y anota todas las muletillas que hayas empleado.

Una vez seas consciente de cuáles son las muletillas que usas más a menudo, es hora de suprimirlos. Cada vez que notes que vas a decir “eh”, “¿sabes?”, “¿me entiendes?” o similares, acostúmbrate a parar y hacer una pausa de entre 2 y 3 segundos. Aprovecha el silencio para recordar esa palabra que se te ha olvidado.

Puedes practicar esto en casa, grabándote mientras hablas sobre lo que has hecho en el día, mismamente. También puedes pedirles a tus familiar y amigos que te regañen cada vez que digas una muletilla, haciéndote aún más consciente de ello.

Pese a que 2 o 3 segundos de silencio puede parecer una eternidad, en realidad jugará a tu favor dándote más autoridad. Cuando la pausa es inferior a 5 segundos sirve para mantener enganchado al público ya que el suspense entra en juego. Además, demostrará que eres una persona sensata, que mide sus palabras y tiene control sobre lo que comunica. Por último, pero no menos importante, te ayudará a calmar tus nervios y a organizar tus pensamientos para seguir lanzando un mensaje potente.

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